LEYENDAS DE LA AMAZONIA ECUATORIANA
- AnLi
- 26 ago 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 29 ago 2020
Etsa y el demonio Iwia
Iwia constituía un demonio que solía atormentar al pueblo Shuar en la selva. Un buen día este demonio devoró a todos los miembros de una familia Shuar y solo quedó vivo un pequeño niño llamado Etsa. El demonio llevó al niño a su guarida y lo crió como si fuera su hijo, por lo que este se hizo pasar por su padre. El niño creció con la tarea de proveer de pájaros a Iwia como postre.
Un día Etsa se percató que no quedaban más aves en el bosque y en el proceso se hizo amigo de una paloma llamada Yapankam. La paloma le contó a Etsa lo que había sucedido con sus verdaderos padres y le dijo también de qué forma devolver todos los pájaros a la selva. Dicha forma era introducir plumas en la cerbatana y soplar. Etsa hizo todo lo que le indicó la paloma y decidió matar al demonio para así poder liberar a las aves.

Nunkui y la yuca
Cuenta la leyenda que el pueblo Shuar había consumido todos los recursos de la llanura donde habitaban. Es así como, Nunkui, la madre tierra, llegó a ofrecer de regalo a esta comunidad a su hija. La madre tierra también les advirtió, que si podían cuidar de ella, les iba a proveer de alimentos de toda clase, pero caso contrario el pueblo volvería a padecer hambre.
El pueblo Shuar aceptó y recibieron una gran cantidad de alimentos, todos a su disposición, pero, un día la niña fue maltratada por algunos niños de la aldea y el castigo de la madre tierra fue tragarse todos los alimentos ofrecidos. Es por eso que en la actualidad algunos alimentos como la yuca deben ser buscados por debajo de la tierra.

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